Glaucoma

  • El GLAUCOMA es el nombre con el que se designa a un conjunto de enfermedades en las que la Presión Intraocular (PIO) está suficientemente elevada para afectar la visión. Los daños comienzan a manifestarse como cambios graduales en la visión y luego en la pérdida de esta. Los primeros cambios visuales son mínimos y no afectan la visión central. Parte de la visión periférica (los sectores superiores, laterales e inferiores de la visión) son afectadas y el paciente no lo notará en un principio.

    Las observaciones en el campo visual y del flujo axoplasmatico señalan que la cabeza del nervio óptico, y no otras regiones del axón nervioso, es el área primaria de la lesión.

    En la forma más común de glaucoma, este aumento de presión de fluido ocurre muy gradualmente, usualmente sin ningún síntoma molesto o doloroso. Los síntomas de algunas de las formas menos comunes pueden ser: visión borrosa, dolor de ojos y cabeza, náuseas o vómitos, la aparición de aureolas de todos colores alrededor de las luces brillantes, y repentina pérdida de visión. La visión que se ha perdido como resultado del glaucoma en general no puede recuperarse pero un diagnóstico temprano y un tratamiento correcto y de por vida pueden ayudar a prevenir mayores daños en la vista.

    • Antecedentes familiares.

    • Edad.

    • Población de color.

    • Diabetes.

    • Hipertensión arterial y shock.

    • Hipotensión Arterial.

    • Miopía.

    • Anemia e hiperviscosidad sanguínea.

    • Medicamentos.

    • Traumatismos.

  • Diagnosticar glaucoma no siempre es fácil y con frecuencia se deben sopesar muchos factores antes de decidir si comenzar o no el tratamiento. La mayor preocupación en todos los casos, es el preservar la visión del paciente. Los exámenes regulares son la mejor manera de detectar el glaucoma y tratarlo. Durante un examen completo e indoloro, el médico oftalmólogo:

    • Mide la presión intraocular (Tonometría).

    • Inspecciona el ángulo de drenaje de los ojos (Gonioscopía).

    • Evalúa los daños en el nervio óptico (Oftalmoscopia).

    • Examina el campo visual de ambos ojos (Perimetría).

    • Paquimetria

    • HRT

    • FDT

  • La primera forma de tratamiento es por medio de uso de medicación local (colirios) para aumentar el drenaje de fluidos o disminuir la producción de los mismos.

    La cirugía es el método primario para tratar el glaucoma agudo y congénito porque generalmente es la única manera de abrir los canales de drenaje bloqueados o incorrectamente formados. La cirugía láser es una técnica usada en casos de glaucoma agudo y crónico, rápida y conveniente se puede llevar a cabo en el consultorio del médico oftalmólogo.

    En casos que los tratamientos médicos no funcionen, existen diferentes técnicas quirúrgicas para esta patología. Dependiendo la gravedad del cuadro el médico tomará le decisión de cual técnica utilizar.

  • Se sabe por los estudios realizados en distintas poblaciones mayores de 40 años que la incidencia del glaucoma es del 2%. En este momento alrededor del 20% de la ceguera del mundo se debe a glaucoma y, lamentablemente, si el diagnóstico se efectúa en forma tardía, no siempre el tratamiento puede ser tan eficaz como el médico lo desea. En los Estados Unidos, más de 3 millones de personas tienen glaucoma, con una prevalencia mayor en la raza negra de más de 40 años de edad.

    En 16 estados de EE.UU. empleando formularios y criterios comunes de definición de ceguera, el glaucoma ocupó el 3er. lugar como causa de la misma, con una prevalencia de 16,2 / 100.000; y una incidencia de casos nuevos de 1,5 / 1.000.000 por año.

  • Incrementar la información pública y médica.

    Interrogar sobre los factores de riesgo de la enfermedad.

    Establecer controles periódicos de presión intraocular, controlar el fondo de ojo y realizar estudios de perimetría computarizada.

    • El glaucoma es una enfermedad progresiva de los ojos, que puede llevar a la ceguera.

    • No se cura, pero puede ser controlado.

    • No es contagioso ni pone en riesgo la vida del paciente.

    • Puede presentarse en personas de todas las edades, aunque es más común en personas de más de 55 años, muy miopes, o diabéticas.

    • La propensión al glaucoma puede ser hereditaria, ya que los parientes de los pacientes de glaucoma pueden tener mayor tendencia a contraer la enfermedad.

    • Un diagnóstico temprano, chequeos y cuidados constantes pueden impedir la pérdida de la visión.